¿Cómo me preparé para el Camino de Santiago?

El Camino de Santiago ha sido mi experiencia de biciturismo más larga y desafiante que he realizado. Comprenderán que cruzar el charco para hacer solo una parte del Camino no era opción y que en definitiva la meta era finalizar todas las etapas en un solo viaje, sin perder de vista mi objetivo de conocer, aprender, disfrutar y crecer.

Tenía la oportunidad de viajar a España a inicios de la primavera y una ventana de veinte días para dedicar a mi travesía, así que para poder empezar a armar el rompecabezas, primero debía definir cuál, de todas las variantes del Camino podría hacer. Y acá empieza una echar mano de Mr. Google y leer, leer mucho; y como casi todos las que somos bicigrinas por primera vez, el Camino Francés fue el elegido.

Definir el itinerario y las etapas, es uno de los primeros pasos. En la red te vas a encontrar una infinidad de itinerarios para hacer el Camino en bicicleta, casi todos en un periodo de diez o doce días, pero antes de decidirme cuál de todos iba a usar llegaron muchas  preguntas a mi cabeza: ¿Las etapas son las adecuadas para mi condición física?, ¿Los lugares donde dormiré son los que deseo conocer un poquito más?, ¿Cómo estará el clima en cada de las regiones por las que andaré? Y así me llené de preguntas a las que debía responder, antes de partir.

Así,  llegó la tarea titánica de estudiar a profundidad cada una de las etapas del Camino y obtener datos como el nivel de dificultad, descripción el recorrido, alturas máximas y mínimas, consejos útiles, los servicios que podría encontrar; en fin, todo aquello que permitiera a casi 9000km de distancia hacer una fotografía de cómo sería la aventura de convertirme en una bicigrina.

He de reconocer que https://bicigrino.com/ es el sitio que tiene la información más completa y que la revista Bicigrino es una súper guía, además, empiezas a sentirte parte de esta maravillosa tribu, que me ha permitido convertirme en la mujer que hoy soy y dar testimonio fiel de que una vez que has hecho tu primer Camino, tu ser pasa por una transformación mágica.

Terminé con mi propio itinerario y definición de etapas, esto no quiere decir que los que encontrés en Internet estén mal, sino que,  preferí diseñar un viaje que se adaptara a mis necesidades, sobre todo considerando que no soy una ciclista profesional, que soy indisciplinada en cuanto a actividad física se refiere  y que quería tener tiempo para conocer y explorar cada una de las ciudades  y los pueblos por lo que pasaría.

Catorce etapas, que significan catorce días continuos en la bicicleta, iniciando en Roncesvalles en la frontera con Francia hasta Santiago de Compostela. Con un balance de pocos kilómetros los días de alta dificultad y un poco más los días de baja dificultad, nunca superé los 65km por día, bueno sí, solo el día que tuve una pequeña equivocación del 20km.

Con estaciones en las principales ciudades como Pamplona, Logroño, Burgos y Castilla; vamos sé que quizás suene un poco tradicional, pero nunca se sabe si la vida me dará la oportunidad de andar por estos rumbos nuevamente, así que había que aprovechar; y por supuesto pueblos como Santo Domingo de la Calzada, Astorga, Sahagún, Herrerías y Palas de Rei.

Todo muy bello, pero ¿dónde voy a dormir?  Sencillo, el Camino tienen asociado una red de servicios de hospedaje y gastronomía impensable, desde albergues municipales en los cuales tenés que ver si queda campo cuando llegas, albergues privados con súper precios (de  5 a  10 euros la noche), hostales y hoteles.

Lo primero  a tener en cuenta es si tienen sitio para que nuestra bici duerma segura y lo segundo, que es una recomendación muy personal, que podás reservar tu habitación previamente. Lo demás es cuestión de gustos.  Para los albergues, por lo general es necesario cargar tu propia ropa de cama, en mi caso opción descartada por motivos de equipaje.

Me incliné por tener noches más privadas en hostales con desayuno incluido, tomar una deliciosa ducha después de cada etapa, poder dormir tranquilamente en una cama calientita  y tener un desayuno con buen café, definitivamente los lujos que quería tener en mi recorrido. Y en este sentido, encontré sitios súper lindos y únicos echando mano de mi herramienta favorita http://booking.com/ y de las recomendaciones en la revista Bicigrinos.

El viaje perfecto, todo muy cuidadosamente planificado. Pero, además de la logística, debemos pensar en nosotras, en nuestro cuerpo, sí ese que debe mover la máquina que nos lleva de sitio a sitio. Soy de las que creo que no hay que estar súper fitness para hacer el Camino, pero sí vale la pena hacer una preparación física antes de la aventura, si realmente queremos disfrutar y no sufrir en el intento, evitar lesiones y tener las energías para pasear después de seis u ocho horas pedaleando.

Mi “entrenamiento” realmente fue muy sencillo: tres noches a la semana sobre el rodillo alternando rutinas de 30 y 45 minutos, una enfocada a cardio y la otra en resistencia que me encontré en el canal YouTube de GNC, una rutina de sentadillas una tres veces a la semana y una salida todos los domingos que pudiera de unos 35km. Quizás hice esto unos dos meses antes de hacer el Camino y tengo que reconocer que gracias a las sentadillas mis piernas se portaron muy bien en los ascensos más fuertes, desde entonces, sentadillas con cierta regularidad.

Y luego sola toca seguir las señales y disfrutar de cada una de las etapas del Camino, desde la planificación hasta la travesía. Porque todo esto que les acabo de escribir forma parte de él, y también hay que disfrutarlo.

Ultreia

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2 comentarios en «¿Cómo me preparé para el Camino de Santiago?»

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