Ruta de la Costa Atlántica

Como se habrán dado cuenta, estoy enganchada con las Euro Velo y este mes de agosto decidí dedicarlo a la ruta de la Costa Atlántica. Así que me puse a estudiarla, inicialmente quería incluir en esta entrada cada detalle de las etapas y facilidades para una hermosa aventura en bicicleta, pero si lo hiciera de esa forma, casi que estaría diseñando una guía de toda la ruta. Así que me fui por las generalidades sin profundizar en muchos detalles.

Esta ruta nos invita conocer seis países, Noruega desde Cabo Norte hasta Bergen, Escocia y Gales en el Reino Unido, Irlanda, Francia, España y Portugal. Es una travesía por las costas desde el mar de Barents, el de Noruega, del Norte y el Océano Atlántico. Y como si fuera poco, la posibilidad de conocer trece sitios UNESCO.

Un aproximado de 11.000Km, una distancia bastante considerable y que si nos ponemos exigentes, requieren de sus buenos meses para recorrerlos de “un solo tirón”; pero como lo he mencionado antes, la ventaja de estas rutas es que una recorre lo que realmente le interesa o llena el corazón. El problema es que a veces el corazón lo quiere todo 😎

Hay un aspecto importante a tener en cuenta para el momento en que vayamos a diseñar nuestros itinerarios, y es el cómo “leer” las rutas. La información básica está en la página web www.eurovelo.com, que nos divide las rutas en grandes itinerarios, desde los cuales podemos ver las condiciones de desarrollo de cada una y determinar las necesidades de buscar información o soporte adicional.

Básicamente, lo que debemos tener claro es que las rutas en color verde son tramos ya certificados por el proyecto Euro Velo (Ruta Euro Velo Certificada), las de color amarillo son rutas desarrolladas y que tienen señales Euro Velo, las de línea continua roja son rutas desarrolladas, las rutas con guiones seguidos en rojo están en desarrollo y finalmente las que están en puntos rojos aún están en planificación.

La ruta de la Costa Atlántica tiene de todo un poco, por lo que posiblemente haya partes no pedaleables o que no tienen las condiciones ideales y que quisiéramos para disfrutar nuestra travesía en bicicleta. Creo que este aspecto solo se podría aclarar haciendo una evaluación de campo o una búsqueda mucho más profunda, me quedo con la primera opción y deseando que en algún momento se vuelva realidad.

©Fotografía Facebook @visitnorway

Ahora  bien, entrando en materia, el primer país a recorrer es Noruega con unos 2.300Km de ruta desarrollada. He de reconocer que es toda una aventura llegar desde Latinoamérica a Cabo Norte, se lleva sus buenos días, claro está que primero debemos llegar cualquier parte de Europa.

Una vez en Oslo o Bergen (mi recomendación es llegar a Oslo y conocer esta maravillosa ciudad ya que la ruta finaliza en Bergen) la opción más económica es volar hasta Alta (2hrs) y luego tomar un bus a NordKapp (4.30min). El siguiente enlace es muy útil para identificar las opciones de transporte a los destinos que deseamos llegar https://www.rome2rio.com/es, y nos da una idea del tiempo y costo.

La travesía inicia en dirección al Sur cruzando el Círculo Polar Ártico, atravesando hermosos países, escuchando historias de vikingos, observando el maravilloso Sol de Medianoche, admirando los inigualables fiordos donde las montañas escarpadas se elevan por encima del océano. Si quieres tomarte tu tiempo en este extraordinario país, podes organizar tus aventuras a través de la página www.visitnorway.es.

De Bergen brincamos a Escocia en vuelo, donde la travesía será de unos 600Km por rutas desarrolladas con señales Euro Velo. La historia, los castillos, las casitas de piedra y la naturaleza nos esperan en tierras celtas, conduciendonos por hermosas costas y atravesando parques nacionales hasta llegar a Stranraer. En www.sustrans.org.uk se pueden obtener más información de las rutas ciclistas en Reino Unido.

Un paseo en ferry nos lleva hasta Irlanda, en donde continuaremos el recorrido bordeando toda la costa oeste siguiendo una ruta de senderos, cuevas, riscos y carreteras secundarias, esta es una popular ruta turística conocida como Wild Atlantic Way (WAW). Sin embargo, es uno de los países que no tiene toda la ruta “completa”, entre Leenaun a Youghal el camino aún está en desarrollo.

Al llegar al puerto de Rosslare volvemos a la  intermodalidad, en ferry se cruza nuevamente al Reino Unido, Fishguard en Gales nos espera con 460 Km de rutas señalizadas sobre las antiguas líneas ferroviarias, atravesando impresionantes viaductos y puentes que en su momento fueron diseñados por los ingenieros de la época victoriana.

Y entonces, llega el momento de los exquisitos vinos al cruzar el Canal de la Mancha.  La Vélodyssée en Francia nos espera para una aventura de más de 860Km de ruta señalizada desde Roscoff en Bretaña hasta la frontera con España. Disfrutando de las playas, las dunas, los castillos y los parques naturales. En la página www.cycling-lavelodyssee.com se encuentra información de detallada de este itinerario con altimetría, kilometraje y descripción. Toda una maravilla.

©Fotografía Facebook @sustrans @irelandswaw @visitwales @LaVélodyssée

Al llegar a Irún en el País Vasco, tenemos dos posibilidades: seguir por la costa en el Camino del Norte hasta Santiago de Compostela (unos 770Km) y  de ahí continuar hasta Porto (240 Km) o Lisboa (580Km) por la ruta del Camino Portugués. Ambas variantes están bien documentas en www.pilgrim.es

O bien, continuar con el trazado de la Euro Velo 1 hacia Pamplona donde se une al Camino Francés hasta Palencia y luego a la Vía de la Plata hacia Huelva para entrar en territorio Portugués. Uno 500Km de rutas desarrolladas que toman como base calzadas romanas y tramos de las vías verdes que nos permiten disfrutar de  yacimientos arqueológicos de la época romana, atractivos históricos, naturales, culturales y gastronómicos.

Una vez que se entra a Portugal el corazón debe prepararse para los últimos 870Km de días cálidos y multicolores,  en donde las aguas azules con historias de héroes marinos, los sitios patrimoniales y la buena cuchara deleitaran nuestra pedaleadas. Definitivamente este último tramo nos hará sentir más cerca de nuestra cultura latinoamericana llena de calidez, fiesta y buena vida; y nos quedaremos maravillados a nuestro paso por Lisboa y Porto.

Una buena forma de finalizar un recorrido épico, que estoy segura que para quienes lo han hecho les ha llenado el alma y el corazón de satisfacción, experiencia y aprendizaje. Un aspecto que agrada es cruzar de un país a otro en ferry, siento que le añade más conexión a mis dos pasiones, el mar y la bicicleta.

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Vía Verde Val de Zafán y Camino Natural Tortosa-Delta de L’EBRE

Hace unos cincos años ya, nos aventuramos a recorrer otra de las Vías Verdes y conocer un poco más de la hermosa Cataluña. Esta vez la aventura sería de dos días, pedaleando unos 153 km en total. Fue una mezcla entre la Vía Verde Val de Zafán que comparten Cataluña y Aragón, y el Camino Natural desde Tortosa al Delta del Ebro.

La Vía Verde Val de Zafán tiene unos 129 km que conecta las tierras altas de Aragón en Puebla de Hijar con Tortosa, siguiendo este sentido, el trayecto es descenso con una dificultad media a baja. La Vía Verde está diseñada para ser recorrida en cinco etapas de poco kilometraje, lo cual es muy conveniente para disfrutar de los distintos atractivos naturales, históricos y turísticos que ofrece esta región.

Puebla de Hijar – Puigmoreno es la etapa inicial  y la más corta, se trata de 18 km con ascensos entre campos de cereales y que atraviesa espectaculares construcciones como el Puente de la Torica, un acueducto construido en el siglo XIX que nos recuerda a la arquitectura romana.

Puigmoreno – Valdealgorfa  con 27 km con paisajes muy similares a los de la primera etapa, pero que premia al llegar a destino, con la posibilidad de observar una arquitectura barroca muy bien conservada en diferentes portales, capillas e iglesias construidas entre los 1600 y 1700; así como palacios renacentistas.

Valdealgorfa – Cretes de 30 km que se caracteriza por suaves columpios, paisajes mediterráneos y bosques de pino. Uno de sus principales atractivos es el Túnel del Equinoccio, cuyo nombre se debe a que los primeros rayos del sol durante el equinoccio de primavera y otoño cruzan los 2 km de túnel de puerta a puerta.

Cretes – Pinell de Brai con 24 km, entrando ya a tierras catalanas en un claro descenso, atravesando varios túneles ferroviarios y el Parque Natural dels Ports. Una parada imperdible es en el Santuario La Fontcalda en el río Canaleta y que cuenta con un balneario de aguas termo minerales.

Pinell de Brai – Tortosa 25km descendiendo las últimas estribaciones del Macizo dels Ports y serpenteando el río Ebro nos deleita con unos paisajes hermosos entre bosques,  cruce de túneles de la antigua vía del ferrocarril y campos de olivos. Esta fue nuestra etapa recorrida en un itinerario de ida y vuelta, tomando como punto de partida Tortosa, ascendiendo hacia Benifallet para luego descender hasta Amposta.

Tortosa – Amposta con 15Km de recorrido, saliendo de la ciudad por la ribera del Ebro entre campos de cultivos y zona industrial hasta iniciar la entrada a la pequeña ciudad de Amposta, en donde pasamos la noche  muy confortable y amable con los viajeros en bicicleta en el Hotel Hcc Montsià.

Amposta – Poble Nou Delta del Ebro en un circuito de 47 Km atravesando el Parque Natural del Delta de L’Ebre y rodeando la laguna de El Clot, hasta finalizar en la estación de tren de L’Aldea.

Con unos paisajes muy diferentes a los del día anterior, pero igual de hermosos entre estuarios, cultivos de arroz, avistamiento de aves acuáticas y paseando por el Poblenou del Delta con sus casitas blancas y pequeñas calles. Además de El Clot, también es posible visitar las lagunas de La Tancada y las de L’Encanyissada, y si vas en la época del año correcta te maravillaras observando los hermosos flamencos.

Otro de los atractivos es la bahía de Alfaques, la isla de Buda, la punta del Fangar, plata Trabucador y punta Banya, con sus espectaculares dunas y actividades acuáticas como paseos en bote  para así poder disfrutar del ecosistema natural; claro está si se visita la zona a finales de primavera, verano o inicios del otoño. Nosotros, no tuvimos la oportunidad de disfrutar de estas maravillas debido al tiempo y a que nuestro recorrido lo hicimos finalizando el otoño.

La Casa de Fusta es otro sitio hermoso, construida a finales de los años 20s con fines de caza de aves, hoy funciona como Centro de Información y Museo Ornitológico, que para los visitantes con poco tiempo, nos da una pincelada de la historia y riqueza natural del Delta de Ebro. Además, al frente hay una torre de observación desde donde se puede apreciar l’Encanyissada.

No podíamos finalizar nuestro recorrido sin probar una deliciosa paella en el Restaurant L’Estany Casa de Fusta, la mejor que he probado y la mejor recompensa para un itinerario de dos días.

Un destino al que definitivamente quiero regresar, con más tiempo y pausa, no solo para adentrarme en el ecosistema deltaico, si no para subir hasta Aragón. Y es que, cada vez que busco, estudio o recuerdo alguna ruta, descubro que te van llevando y llamando a más aventuras sobre dos ruedas.

Si desean tener el mapa de la ruta, pueden buscar mi perfil de Sports Tracker como Vanessa Dubois Cisneros, fecha 11 y 12 de noviembre del 2015.

¿Cómo me preparé para el Camino de Santiago?

El Camino de Santiago ha sido mi experiencia de biciturismo más larga y desafiante que he realizado. Comprenderán que cruzar el charco para hacer solo una parte del Camino no era opción y que en definitiva la meta era finalizar todas las etapas en un solo viaje, sin perder de vista mi objetivo de conocer, aprender, disfrutar y crecer.

Tenía la oportunidad de viajar a España a inicios de la primavera y una ventana de veinte días para dedicar a mi travesía, así que para poder empezar a armar el rompecabezas, primero debía definir cuál, de todas las variantes del Camino podría hacer. Y acá empieza una echar mano de Mr. Google y leer, leer mucho; y como casi todos las que somos bicigrinas por primera vez, el Camino Francés fue el elegido.

Definir el itinerario y las etapas, es uno de los primeros pasos. En la red te vas a encontrar una infinidad de itinerarios para hacer el Camino en bicicleta, casi todos en un periodo de diez o doce días, pero antes de decidirme cuál de todos iba a usar llegaron muchas  preguntas a mi cabeza: ¿Las etapas son las adecuadas para mi condición física?, ¿Los lugares donde dormiré son los que deseo conocer un poquito más?, ¿Cómo estará el clima en cada de las regiones por las que andaré? Y así me llené de preguntas a las que debía responder, antes de partir.

Así,  llegó la tarea titánica de estudiar a profundidad cada una de las etapas del Camino y obtener datos como el nivel de dificultad, descripción el recorrido, alturas máximas y mínimas, consejos útiles, los servicios que podría encontrar; en fin, todo aquello que permitiera a casi 9000km de distancia hacer una fotografía de cómo sería la aventura de convertirme en una bicigrina.

He de reconocer que https://bicigrino.com/ es el sitio que tiene la información más completa y que la revista Bicigrino es una súper guía, además, empiezas a sentirte parte de esta maravillosa tribu, que me ha permitido convertirme en la mujer que hoy soy y dar testimonio fiel de que una vez que has hecho tu primer Camino, tu ser pasa por una transformación mágica.

Terminé con mi propio itinerario y definición de etapas, esto no quiere decir que los que encontrés en Internet estén mal, sino que,  preferí diseñar un viaje que se adaptara a mis necesidades, sobre todo considerando que no soy una ciclista profesional, que soy indisciplinada en cuanto a actividad física se refiere  y que quería tener tiempo para conocer y explorar cada una de las ciudades  y los pueblos por lo que pasaría.

Catorce etapas, que significan catorce días continuos en la bicicleta, iniciando en Roncesvalles en la frontera con Francia hasta Santiago de Compostela. Con un balance de pocos kilómetros los días de alta dificultad y un poco más los días de baja dificultad, nunca superé los 65km por día, bueno sí, solo el día que tuve una pequeña equivocación del 20km.

Con estaciones en las principales ciudades como Pamplona, Logroño, Burgos y Castilla; vamos sé que quizás suene un poco tradicional, pero nunca se sabe si la vida me dará la oportunidad de andar por estos rumbos nuevamente, así que había que aprovechar; y por supuesto pueblos como Santo Domingo de la Calzada, Astorga, Sahagún, Herrerías y Palas de Rei.

Todo muy bello, pero ¿dónde voy a dormir?  Sencillo, el Camino tienen asociado una red de servicios de hospedaje y gastronomía impensable, desde albergues municipales en los cuales tenés que ver si queda campo cuando llegas, albergues privados con súper precios (de  5 a  10 euros la noche), hostales y hoteles.

Lo primero  a tener en cuenta es si tienen sitio para que nuestra bici duerma segura y lo segundo, que es una recomendación muy personal, que podás reservar tu habitación previamente. Lo demás es cuestión de gustos.  Para los albergues, por lo general es necesario cargar tu propia ropa de cama, en mi caso opción descartada por motivos de equipaje.

Me incliné por tener noches más privadas en hostales con desayuno incluido, tomar una deliciosa ducha después de cada etapa, poder dormir tranquilamente en una cama calientita  y tener un desayuno con buen café, definitivamente los lujos que quería tener en mi recorrido. Y en este sentido, encontré sitios súper lindos y únicos echando mano de mi herramienta favorita http://booking.com/ y de las recomendaciones en la revista Bicigrinos.

El viaje perfecto, todo muy cuidadosamente planificado. Pero, además de la logística, debemos pensar en nosotras, en nuestro cuerpo, sí ese que debe mover la máquina que nos lleva de sitio a sitio. Soy de las que creo que no hay que estar súper fitness para hacer el Camino, pero sí vale la pena hacer una preparación física antes de la aventura, si realmente queremos disfrutar y no sufrir en el intento, evitar lesiones y tener las energías para pasear después de seis u ocho horas pedaleando.

Mi “entrenamiento” realmente fue muy sencillo: tres noches a la semana sobre el rodillo alternando rutinas de 30 y 45 minutos, una enfocada a cardio y la otra en resistencia que me encontré en el canal YouTube de GNC, una rutina de sentadillas una tres veces a la semana y una salida todos los domingos que pudiera de unos 35km. Quizás hice esto unos dos meses antes de hacer el Camino y tengo que reconocer que gracias a las sentadillas mis piernas se portaron muy bien en los ascensos más fuertes, desde entonces, sentadillas con cierta regularidad.

Y luego sola toca seguir las señales y disfrutar de cada una de las etapas del Camino, desde la planificación hasta la travesía. Porque todo esto que les acabo de escribir forma parte de él, y también hay que disfrutarlo.

Ultreia

¿Cicloturismo: Qué es?

El cicloturismo, como popularmente se le conoce en Europa; o biciturismo como lo conocemos en Latinoamérica, es hacer turismo en bicicleta, así de sencillo. Y digo que así de sencillo porque no hay una única definición sobre qué es cicloturismo. Basta con echar un vistazo en la web y encontrar diferentes descripciones de esta actividad; en lo que si se ponen de acuerdo es en que reúne todas las formas de hacer ciclismo recreacional.

En algunas investigaciones y tesis universitarias, describen al cicloturismo como una actividad de recreación y disfrute al mismo tiempo que se conocen sitios nuevos, una forma activa de realizar turismo que supone utilizar prácticas sociales y ambientales responsables, que mejora no solo nuestra calidad de vida, sino que también la de la población de los sitios que visitamos, y que supone todo un estilo de vida.

Lo cierto es que, el cicloturismo para las personas amantes de la bicicleta también significa libertad, independencia y crecimiento; no trata solo de una ruta geográfica a recorrer, sino que también a una ruta interior que nos invita a redescubrirnos, a conectarnos con el entorno y a vivir una experiencia mucho más cercana a la historia, la cultura y la gastronomía de los sitios que vamos conociendo a nuestro paso.

Las rutas pueden ser variadas, de un día, de varios días, semanas e incluso meses; todo dependerá del destino seleccionado,  nuestra condición física, las condiciones geográficas del terreno y de cuánto tiempo disponemos para nuestra travesía. Podemos pedalear por entornos completamente urbanos como los «Biketours» en las grandes ciudades como París, Ámsterdam, Berlín, Barcelona, Madrid o Roma; en entornos completamente rurales, o una combinación de ambos.

En las grandes ciudades, es usual que encontremos una enorme oferta con lo cual podemos echar mano de una bicicleta. Desde los alquileres convencionales, en donde se renta la bicicleta por uno o varios días, hasta los más modernos y accesibles sistemas de bicicleta compartida, que nos permite rodar por 30min “gratis” por una suscripción de un uno o varios días, y son espectaculares para conocer las ciudades en poco tiempo.

La ventaja de estos sistemas de uso compartido de bicicletas, es que nos olvidamos por completo de cuidar nuestra bici cuando no la estamos usando o cuando ya hemos finalizado nuestro recorrido, ya que solo se debe buscar una estación de anclaje, o si topamos con la suerte de acceder a los sistemas de tercera generación, simplemente dejarla a un lado donde no interrumpa el paso peatonal.

Además, el cicloturismo nos permite viajar de formas tan variadas como nuestros gustos y bolsillo nos lo permiten, ya que nuestra aventura inicia en el momento que hemos decido conocer un destino y empezamos a estudiar mapas, itinerarios, proveedores de servicios, y demás detalles logísticos necesarios para hacer nuestro sueño realidad.

Por lo que podemos pensar en recorridos con todas las comodidades: transporte de equipaje, vehículo de asistencia, hospedaje en hoteles o casas rurales; optar por una experiencia de alforjas cargando nuestro equipaje y acampando o utilizando hostales y albergues; o bien una combinación de bicicleta con otros medios de transportes.

Y en este sentido, hay que reconocer que Europa lleva la batuta. La cantidad de empresas dedicadas a planificar y facilitar tus itinerarios en bicicleta en brutal; así como de blogs y páginas de ciclo turistas donde comparten rutas, recomendaciones y soluciones para que otros las podamos usar.

También llevan la batuta en el tema de infraestructura, es deliciosamente tranquilo y seguro viajar en bicicleta en rutas exclusivas para ciclistas o caminos rurales de bajo (por no decir que nulo) tránsito donde la señalización de prioridad ciclista abunda. Y hay que sumarle las facilidades de transporte público, que por lo general siempre tienen un espacio para las bicicletas.

Además, la Unión Europea ha generado uno de los proyectos para el turismo en bicicleta más impresionante y ambicioso que visto, el Euro velo. Una red de trece rutas (sí, leíste bien trece rutas) que nos llevan por toda Europa, del norte al sur y de este a oeste; miles de miles de kilómetros que se interconectan y te hacen pensar que podrías dedicar toda tu vida a volar pedal, conocer y  disfrutar de los aproximadamente 42 países por los que pasan las rutas.

Por lo tanto, una vez que has vivido tu primera experiencia del cicloturismo y lo has hecho sin prisas, con la satisfacción en cada pedalada, simplemente vas a querer más y no puedes esperar para buscar por tu próxima aventura sobre dos ruedas.