Turisteando en bicicleta, ¿Qué debo llevar?

En el turismo nos encontramos con todo tipo de personas viajeras. Están a quienes les gusta tener todas las comodidades y servicios, y llevar consigo la vestimenta ideal para cada momento; quienes sin perder confort viajan justo con lo “necesario”; también, las personas que viajamos ligero y nos gusta ahorrarnos el tiempo de chequeo y espera de equipaje en los aeropuertos/estaciones y que buscamos sitios únicos o auténticos; y así, podríamos identificar muchos más.

Pero cuando de viajar con la bici y en la bici se trata, al equipaje y lo “necesario” hay que ponerle un poquito más de cabeza. Por lo tanto, hay una serie de situaciones que debemos considerar, ya que dependiendo de las características del viaje, así podremos tomar decisiones sobre lo que debemos empacar. Algunas de ellas son:

Tiempo de viaje: días, semanas o meses. Y en cuanto al tiempo, cuando se trata de varias semanas o meses debemos desarrollar la habilidad de viajar sin cargar demasiado. Recordemos que la bicicleta forma parte del equipaje, sobre todo si alternamos con vuelos, trenes o buses. Cuando planificamos viajes de más de siete días, lo más práctico es empacar con vestimenta para una semana y aliarnos de los autoservicios de lavado o cargar con sobrecitos de detergente.

Clima: en Costa Rica ya conocemos nuestras características climáticas, por lo general la época seca de noviembre a abril y la lluviosa de mayo a octubre; exceptuando el Caribe y Zona Norte donde la lluvia llega en cualquier momento. Pero si viajamos fuera de nuestro país, es importante monitorear el clima unos cuantos días antes, y así poder determinar si es necesario adicionar impermeables, suéter, lycra y camisa larga, o incluso buscar vestimenta térmica. Por supuesto, es de igual importancia monitorear a diario el clima durante nuestro viaje.

Tipo de hospedaje: si vamos al estilo mochilero buscando áreas de camping- albergues-hostales, debemos pensar en paños/toallas, artículos de aseo personal, ropa de cama (en algunos hostales las alquilan), sleeping bag o bolsa de dormir y la tienda (compacta, fácil de armar y desarmar). También es necesario chequear las áreas comunes disponibles: mesas, sillas, sitios donde alimentarse; o si hay que preparar los alimentos, y dependiendo de dichas condiciones y el tiempo que estaremos por el lugar adicionamos a nuestra lista el equipo que necesitaremos. Y definitivamente asegurarnos que haya sitio donde podamos resguardar nuestra bicicleta.

Dentro de nuestro equipaje debemos pensar, como mínimo en:

Vestimenta y artículos de aseo o cuidado personal: la vestimenta se divide en dos, la deportiva para ciclismo que de acuerdo a las características del viaje podemos hacer una combinación de lycras y jerseys largas y cortas para unos cuatro días, la ropa casual como vestidos, shorts, camisetas, pantalones, etc. Los artículos de aseo personal, es una elección muy personal, pero en algo que siempre me aseguro es en cargar mis toallas sanitarias, pueden pensar que es una cosas sin cuidado, pero cada mujer conoce su cuerpo y de qué forma se siente más cómoda durante su periodo sobre una bicicleta por varias horas en un día.

Hidratación y alimentación: mantenernos hidratados y con un buen suministro de energía es fundamental para pasarla bien, y en este sentido, las pastillas efervescentes de hidratación son geniales, no pesan casi nada ni requieren de mucho espacio.  Y para mantener la energía, yo siempre prefiero lo natural, en este caso las piezas de fruta, pero si no es posible, podemos echar mano de barritas de cereal o mermeladas. Recordemos que las necesidades de hidratación y suministro de energía pueden cambiar de acuerdo al clima y el entorno, si vamos por sitios pocos provistos de sombra, definitivamente debemos aumentar la hidratación.

Equipo de seguridad: para descansar sin preocupaciones necesitaremos unos buenos candados que nos permitan asegurar el marco y los aros de nuestra compañera de viaje. Los U-Lock son la mejor opción para asegurar el marco y los de espiral/cable para los aros.

Kit de básico de herramientas: llave allen multifuncional, corta cadenas, eslabones de cadena, neumático de repuesto (unos dos en caso de no tener llantas tubulares o neumáticos auto-reparables), paletas y aceite para cadena. Esto nos permitirá atender cualquier desperfecto mecánico básico hasta llegar a un taller. Si viajamos por varias semanas, se recomienda cada cierto tiempo revisar el estado general de la bicicleta en un taller. Recordemos que hay  componentes que tiene agotan su vida útil dependiendo del kilómetros que avanzamos.

Kit básico de emergencias: siempre hay que estar preparada en caso de caídas con raspones, golpes o situaciones de salud no esperadas. Un pequeño botiquín con guantes de latex, gasas, apósitos (protectores diarios o toallas sanitarias para laceraciones más grandes que requieren de presión mientras llegamos a un centro médico), jabón séptico, esparadrapo, neomicina en crema (ayuda a evitar infecciones y a cicatrizar), banda elástica y una botella con agua. Además, incluir analgésicos, antigripales, antidiarreicos, relajantes musculares, bloqueador solar para uso diario y por supuesto los medicamentos habituales que consumimos. No está demás recordar que si viajamos fuera de nuestro país es muy recomendable tener un seguro médico.

Debemos procurar no pasar de más de 10Kg, independiente de si cargamos nuestro equipaje o si contratamos un servicio de traslado de equipaje.

Si optamos por cargar nuestro equipaje, debemos equipar nuestra bicicleta con maletero/rack, alforjas y algún bolso adicional para llevar cosas a la mano como el celular, documentos, dinero, herramientas, alimentos, etc.

Parece una gran lista con muchas cosas a considerar, pero si lo que buscamos es disfrutar al máximo, es mejor andar preparada. ¿Qué otras cosas llevarías vos?

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¿Te imaginas recorriendo Europa en bicicleta?

Como lo mencioné en la primera entrega del este blog, viajar en bicicleta nos abre una ventana de aprendizaje y disfrute en nuestros destinos, definitivamente es un crecimiento personal espectacular; y Europa nos brinda esta posibilidad a través de las rutas #EuroVelo.

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Se trata de una red de 16 rutas de larga distancia, que actualmente tiene más de cuarenta  y cinco mil kilómetros (sí leíste bien 45,000Km) 100% pedaleables y que recorren toda Europa: desde el Atlántico al Mar Negro y del Ártico al Mediterráneo. Son bicirutas o carreteras de bajo tránsito interconectadas que nos permiten cruzar 42 países y visitar las ciudades más emblemáticas del viejo continente como Londres, Berlín, Ámsterdam, Roma, Paris, Dublín, Oslo, Copenhague, Praga, Bucarest, Bratislava, etc; así como sus bosques, parques nacionales, costas y pueblitos singulares llenos de encanto y sorpresas.

Entrada al puerto de Bergen, Noruega.

¿Te imaginas tanta magia y además en bicicleta?

Pensarás que no es posible, pero sí lo es. Este es un proyecto impulsado por la Federación Europea de Ciclistas desde 1993 que tiene parte de su financiamiento con la Unión Europea, y por supuesto asignación de recursos nacionales y regionales de los países involucrados. La primera Euro Velo se inauguró en el 2001 y desde entonces no ha hecho más que crecer y crecer.

Es precisamente esta visión clara de generar infraestructura y una red de pequeños comercios asociados a las rutas para brindar alimentación y hospedaje a las personas amantes de cicloturismo, la que convierte a Europa en una de mis regiones favoritas para pedalear de forma segura y que lamentablemente es un vacío en nuestra Latinoamérica. Desde mi experiencia como mujer ciclista, la seguridad es una mis prioridades, sobre todo si viajo sola.

¿Cuáles son las opciones que tenemos? Todas a las que tus sueños y corazón te lleven. Hay una infinidad de opciones con las se pueden diseñar itinerarios que incluyan una sola ruta, una combinación de varias rutas o crear circuitos que nos permitan salir y regresar con nuestra bicicleta; porque las rutas, además de estar bien definidas, están interconectadas entre sí.

Si tomamos de ejemplo la ruta de la Costa Atlántica con una distancia aproximada 11,000Km que recorre Noruega, Inglaterra, Irlanda, Francia, España y Portugal, se puede iniciar en Nordkap y apreciar los majestuosos fiordos noruegos, o en Irlanda en la aldea de Newtowncunningham en el Condado de Donegal, utilizado caminos rurales que van hacia el sur hasta Rosslare en donde se cruza a Gales en ferry. Una vez en Inglaterra la ruta se conecta con el “Celtic Trail” y llegamos Plymouth usando las antiguas líneas de ferrocarril que nos llevarán por túneles, viaductos y puentes de la era victoriana.

El buen vino no puede faltar en nuestro paso por Nantes y Burdeos antes de llegar a España y en donde se conecta con la Ruta de los Peregrinos hacia Santiago de Compostela con la variante del Camino Francés entre Pamplona y Burgos  y de la  Vía de la Plata entre Burgos y Sagre pasando por Salamanca, para finalmente entrar a Portugal, donde aún nos quedan 200Km de costa por recorrer hasta llegar a Porto.

Porto, Portugal

Suena fantástico verdad. Ahora multiplícalo por 15, es sencillamente espectacular. Claro, pensarás que 11,000Km requieren de varios meses  y de mucho presupuesto; lo cierto es que no es necesario hacer toda la ruta en un solo viaje, ya que, con las facilidades de transporte que existen en Europa, estas rutas se pueden fraccionar, iniciar en un país y terminar en otro, o realizar los tramos que realmente nos interesan.

Toda la información de las Euro Velo podes conseguirla en el siguiente enlace https://en.eurovelo.com/, lamentablemente aún no está en español, pero nada un traductor no pueda solucionar. En ella podés encontrar el mapa con cada una de las rutas y el estado de las mismas (rutas en estado de planeación hasta las que ya están certificadas), los países por donde pasa, las etapas de cada ruta, los sitios que por su importancia histórica y/o cultural son considerados Patrimonio del Humanidad por la Unesco y las empresas que brindan los servicios de venta de itinerarios.

Pero, si queres aventurarte en armar vos misma las rutas, es necesario buscar otros recursos que te permitan obtener información más exacta sobre el detalle de las rutas, los servicios que podes encontrar, donde dormir, entre otras. Y con el avance de la tecnología ahora hay aplicaciones para móviles, la misma Euro Velo tiene una.

¿Entonces, te animas a recorrer Europa en bicicleta?

De Girona a Sant Feliu en bicicleta

Recorrer el mundo en una bicicleta es gratificante, es más que combinar un deporte con el turismo, se trata de un estilo de vida y compartirlos con nuestras chicas ha sido una de nuestras misiones; por lo tanto, me he dado la tarea de procurar que nuestros itinerarios puedan ser disfrutados por personas de distintas edades y con diferentes condiciones físicas, de lo contrario sería un placer que solo los más «fitness» podrían disfrutar.

Nuestra segunda aventura por las Vías Verdes la hicimos con la más pequeña de la casa de 9 años de edad y nuevamente en pleno verano. Por lo que nos inclinamos por una ruta un poco conocida y además queríamos darle continuidad a nuestro primer recorrido entre Olot y Girona en el 2011, así que la elegida fué la Vía Verde Girona – Sant Feliu de Guíxols  en la Costa Brava de Cataluña, por lo que el mar sería nuestra recompensa luego de 44Km de recorrido.

Nuevamente tomamos el tren que nos llevaría hasta Girona, he de confesar que estoy enamora de la facilidad con la que se puede subir una bici al tren, para luego descubrir las maravillas que el mundo tiene. Una vez en Girona, nuestro pedaleó inició hacia la costa.

Dedicamos dos días para nuestro viaje, pasando una noche en Sant Feliu y así poder disfrutar de su pintoresca Feria de Verano. Recordemos que no solo se trata de recorrer kilómetros con nuestras bicicletas, sino que también, disfrutar y conocer los sitios por donde pasamos.

Esta ruta avanza en suave pendiente y alcanza su punto más alto en Cassà de la Selva y luego inicia el descenso hacia Sant Feliu. Conocimos las comarcas de Gironès y Baix Empordà, recorriendo la cuenca del río Ter hasta el valle del Ridaura, y entre comarca y comarca y los sembradíos de peras, girasoles, viñedos, maizales. No faltaron los bosques que refrescaron nuestro pedaleo y descubrimos las áreas de camping al estilo europeo que estaban abarrotadas por campers cuyos visitante suelen usar la Vía Verde para viajar a la playa en sus bicicletas.

El verano nos da la posibilidad de disfrutar de días largos y de buen tiempo, pero también se deben tomar previsiones adicionales como una buena hidratación. Esta vez debíamos realizar el recorrido en bicicleta antes del que el sol estuviera es su punto máximo y así evitar golpes de calor o insolaciones, principalmente en las áreas menos provistas de sombra.

La ruta cumplió nuestras expectativas por lo que decidimos repetirla cuatro años más tarde, esta vez con las dos chicas ya de 13 y 15 años de edad. El destino final sería Sant Antoni que está 10Km después de Sant Feliu y adicionamos cuatro días de camping en la maravillosa Costa Brava, cargando cada una su equipaje y las tiendas de campaña.

¿Cicloturismo: Qué es?

El cicloturismo, como popularmente se le conoce en Europa; o biciturismo como lo conocemos en Latinoamérica, es hacer turismo en bicicleta, así de sencillo. Y digo que así de sencillo porque no hay una única definición sobre qué es cicloturismo. Basta con echar un vistazo en la web y encontrar diferentes descripciones de esta actividad; en lo que si se ponen de acuerdo es en que reúne todas las formas de hacer ciclismo recreacional.

En algunas investigaciones y tesis universitarias, describen al cicloturismo como una actividad de recreación y disfrute al mismo tiempo que se conocen sitios nuevos, una forma activa de realizar turismo que supone utilizar prácticas sociales y ambientales responsables, que mejora no solo nuestra calidad de vida, sino que también la de la población de los sitios que visitamos, y que supone todo un estilo de vida.

Lo cierto es que, el cicloturismo para las personas amantes de la bicicleta también significa libertad, independencia y crecimiento; no trata solo de una ruta geográfica a recorrer, sino que también a una ruta interior que nos invita a redescubrirnos, a conectarnos con el entorno y a vivir una experiencia mucho más cercana a la historia, la cultura y la gastronomía de los sitios que vamos conociendo a nuestro paso.

Las rutas pueden ser variadas, de un día, de varios días, semanas e incluso meses; todo dependerá del destino seleccionado,  nuestra condición física, las condiciones geográficas del terreno y de cuánto tiempo disponemos para nuestra travesía. Podemos pedalear por entornos completamente urbanos como los «Biketours» en las grandes ciudades como París, Ámsterdam, Berlín, Barcelona, Madrid o Roma; en entornos completamente rurales, o una combinación de ambos.

En las grandes ciudades, es usual que encontremos una enorme oferta con lo cual podemos echar mano de una bicicleta. Desde los alquileres convencionales, en donde se renta la bicicleta por uno o varios días, hasta los más modernos y accesibles sistemas de bicicleta compartida, que nos permite rodar por 30min “gratis” por una suscripción de un uno o varios días, y son espectaculares para conocer las ciudades en poco tiempo.

La ventaja de estos sistemas de uso compartido de bicicletas, es que nos olvidamos por completo de cuidar nuestra bici cuando no la estamos usando o cuando ya hemos finalizado nuestro recorrido, ya que solo se debe buscar una estación de anclaje, o si topamos con la suerte de acceder a los sistemas de tercera generación, simplemente dejarla a un lado donde no interrumpa el paso peatonal.

Además, el cicloturismo nos permite viajar de formas tan variadas como nuestros gustos y bolsillo nos lo permiten, ya que nuestra aventura inicia en el momento que hemos decido conocer un destino y empezamos a estudiar mapas, itinerarios, proveedores de servicios, y demás detalles logísticos necesarios para hacer nuestro sueño realidad.

Por lo que podemos pensar en recorridos con todas las comodidades: transporte de equipaje, vehículo de asistencia, hospedaje en hoteles o casas rurales; optar por una experiencia de alforjas cargando nuestro equipaje y acampando o utilizando hostales y albergues; o bien una combinación de bicicleta con otros medios de transportes.

Y en este sentido, hay que reconocer que Europa lleva la batuta. La cantidad de empresas dedicadas a planificar y facilitar tus itinerarios en bicicleta en brutal; así como de blogs y páginas de ciclo turistas donde comparten rutas, recomendaciones y soluciones para que otros las podamos usar.

También llevan la batuta en el tema de infraestructura, es deliciosamente tranquilo y seguro viajar en bicicleta en rutas exclusivas para ciclistas o caminos rurales de bajo (por no decir que nulo) tránsito donde la señalización de prioridad ciclista abunda. Y hay que sumarle las facilidades de transporte público, que por lo general siempre tienen un espacio para las bicicletas.

Además, la Unión Europea ha generado uno de los proyectos para el turismo en bicicleta más impresionante y ambicioso que visto, el Euro velo. Una red de trece rutas (sí, leíste bien trece rutas) que nos llevan por toda Europa, del norte al sur y de este a oeste; miles de miles de kilómetros que se interconectan y te hacen pensar que podrías dedicar toda tu vida a volar pedal, conocer y  disfrutar de los aproximadamente 42 países por los que pasan las rutas.

Por lo tanto, una vez que has vivido tu primera experiencia del cicloturismo y lo has hecho sin prisas, con la satisfacción en cada pedalada, simplemente vas a querer más y no puedes esperar para buscar por tu próxima aventura sobre dos ruedas.